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Mioma uterino: qué es, síntomas y tratamientos

Por: | Etiquetas: | Comentarios: 0 | octubre 8th, 2020

El mioma uterino es el tumor benigno más frecuente en la mujer. Tiene una prevalencia del 25-50 %, siendo algo más frecuente en la raza negra. Se origina del músculo del útero (miometrio), por lo que está compuesto de fibras musculares. Este es un motivo de consulta ginecológica frecuente. Aunque, en ocasiones, es un hallazgo casual durante la exploración o en una ecografía al hacer una revisión ginecológica. En el blog de OBS Ginecólogos te contamos los síntomas y los tratamientos del mioma uterino.

El mioma uterino es asintomático en la mayoría de los casos (50-60%)

mioma uterino

El mioma uterino puede ser sintomático. En ese caso, puede provocar sangrado menstrual abundante. Los de gran tamaño pueden ocasionar dolor pélvico, síntomas urinarios (micción frecuente, urgencia miccional…) y rectales (estreñimiento, presión rectal…) por compresión. También pueden ser causa de esterilidad y de infertilidad dificultando la gestación o favorecer los abortos. Durante el embarazo pueden incrementar el riesgo de amenaza de parto prematuro, rotura prematura de membranas, malposición fetal… Por ello, es muy importante diagnosticarlos en la ecografía del primer trimestre del embarazo.

La ecografía vaginal o abdominal es la prueba más importante para el diagnóstico de los miomas. Nos permite identificar el número, el tamaño y la localización.  La ecografía 3D es muy útil a la hora de identificar y clasificar los miomas submucosos (los que afectan la cavidad endometrial). Si no se consigue visualizar correctamente un mioma submucoso, se puede realizar una histerosonografía (ecografía transvaginal introduciendo suero salino en la cavidad endometrial mediante una cánula) obteniendo una imagen más precisa. Sirve para conocer su tamaño y localización, así como para su tratamiento tras resección completa del mismo.

En ocasiones puede ser necesario recurrir a otras técnicas para completar el estudio como la resonancia magnética. Tras el diagnóstico del mioma, se clasifica según su ubicación y relación con el útero. Existen diferentes métodos de clasificación, aunque la más aceptada es la de la FIGO (Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia) del año 2011.

Clasificación FIGO

 

No todos los miomas precisan tratamiento. En el caso de los asintomáticos, la recomendación es realizar control evolutivo periódico para, mediante la ecografía, valorar cambios en el tamaño del mioma o si hay inicio de sintomatología. Si existe sintomatología, el tratamiento debe ser individualizado. En función de las características del mioma, edad de la paciente o deseo reproductivo, pero siempre valorando y consensuando el deseo de la paciente tras el estudio y la información adecuada:

– Tratamiento médico:

 

En muchas ocasiones, es el tratamiento de inicio del mioma uterino. Si provocan sangrado menstrual abundante puede ser necesario comenzar el tratamiento con hierro para corregir la anemia. Para disminuir la cantidad del sangrado se puede utilizar tratamiento no hormonal con ácido tranexámico (Amchafibrin®) durante la menstruación. El dolor pélvico se puede tratar con AINES (antiinflamatorios no esteroideos: ibuprofeno, naproxeno).

Uno de los tratamientos más efectivos y que se puede mantener en el tiempo es el hormonal. Se pueden utilizar anticonceptivos hormonales en diferentes pautas:

-Combinados (estrógenos + gestágenos).

-Solo gestágenos (Implante subdérmico, DIU con levonorgestrel, píldora).

Se usan para controlar el sangrado abundante. No disminuyen el tamaño de los miomas pero aportan el beneficio de la anticoncepción asociada. En ocasiones se utilizan los análogos de la GnRH durante un breve periodo de tiempo, como tratamiento previo a la intervención. Es una medicación eficaz para disminuir los sangrados y el tamaño de los miomas pero suele ser mal tolerada al producir sintomatología similar a la menopausia.

El acetato de ulipristal (ESMYA) es un fármaco que bloquea los receptores de la progesterona del mioma provocando una reducción del volumen así como del  sangrado. La observación de algún caso de fallo hepático en mujeres en tratamiento ha supuesto que el pasado día 13 de Marzo de 2020 la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios haya suspendido temporalmente su comercialización recomendando suspender los tratamientos activos hasta que se revise el balance beneficio-riesgo de este medicamento. Las recomendaciones para las usuarias de ESMYA son: suspender la medicación, ponerse en contacto con su médico para establecer otro tratamiento y realizar una analítica con pruebas de función hepática unas semanas después de suspender la medicación.

– Tratamiento quirúrgico:

 

Se realiza si los síntomas provocados por el mioma no se pueden controlar con el tratamiento médico. También si se observa un crecimiento rápido de los miomas o crecimiento tras la menopausia o existen problemas reproductivos está indicado el tratamiento quirúrgico. Hay que individualizar cada caso en función del tamaño del mioma y los antecedentes reproductivos.

El tratamiento quirúrgico conservador es la miomectomía o extirpación del mioma. Si la localización es submucosa se realiza mediante histeroscopia. Se accede a la cavidad uterina a través del cuello del útero para extirpar el mioma. Se trata de una cirugía mínimamente invasiva que se puede realizar de forma ambulatoria o en quirófano con alta precoz. Si la localización del mioma es intramural o subseroso el acceso puede ser mediante laparoscopia (introducción de un aparato, laparoscopio, a través de unas incisiones pequeñas en el abdomen que permite la intervención de manera poco invasiva) o laparotomía, la intervención vía abdominal clásica.

El tratamiento quirúrgico definitivo consiste en la extirpación del útero (histerectomía). Indicado cuando existen múltiples miomas, en úteros muy grandes y deseo genésico cumplido. El abordaje quirúrgico también puede ser laparoscópico o laparotómico.

Tratamiento quirúrgico no invasivo:

  • Embolización mediante radiología intervencionista: No es aplicable a todas las pacientes y no siempre es resolutiva. No es la técnica de elección si se desea preservar la fertilidad.
  • Ablación de los miomas mediante radiofrecuencia: Se punciona el mioma vía transvaginal con una aguja de radiofrecuencia. El efecto de la temperatura destruye el tejido, lo que provocará una reducción del tamaño del mioma de forma progresiva y de la sintomatología. Requiere sedación o anestesia raquídea y se realiza bajo control ecográfico. Se trata de una técnica relativamente nueva cuyo uso no está muy extendido.

 

Los miomas uterinos en la menopausia

 

En la menopausia, el mioma uterino normalmente disminuyen de tamaño y pueden calcificarse. Salvo que se objetive crecimiento en su tamaño, aparezcan sangrados o provoquen sintomatología por su tamaño no hace falta instaurar ningún tratamiento.

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